Me siento Pantoja: "Hoy quiero confesar..."

lunes, 5 de marzo de 2012
¿Sabéis? Jamás os fijéis en nadie a través de la web. Es lo peor. Sólo consigues sentirte muy frustrado por no poder hablar con él/ella mientras esa otra persona ni siquiera se da cuenta de que existes. Oh, bueno, en el peor de los casos, primero te presta atención, intercambiáis un par de mensajes privados, y acaba por pasar de tu culo, sin ni siquiera molestarse en darte una respuesta a lo que tú sigues escribiéndole, no os vayáis a pensar que puedes acabar con algo de dignidad. ¡Qué gente sin corazón, por dios!

Estoy tan requemao' con esto porque recientemente, aunque creía que venía de vuelta, ha vuelto a sucederme. Todo empezó cuando vi su vídeo: ¿Por qué tenía que resultarme tan atractivo su sentido del humor? Por no hablar de su físico, que se ajusta con completa precisión a mi pensamiento de hombre tierno y abrazable. Además, ahora que la revolución tecnológica ha llegado a este blog (ved que he añadido un montón de cosas ahí ->, en el lateral ;) ; ¡Todo para que tengamos más contacto!), puedo contactar con él con mucha más facilidad, a un solo click. ¡Qué maravilla! ... O no tanto. Porque sí, he hablado con él y he descubierto que me parece más gracioso y divertido que antes... pero también que goza de restregarse cibernéticamante contra todo hombre que esté a menos de dos clicks a la redonda. "¡Qué desagrable!", pensarás, y que cómo me pude interesar por alguien así, pero, pajarit@ mí@, el interés ya está ahí y para una persona especialmente romántica o enamoradiza (que yo no lo soy pa' na', vamos, ¡¿pero qué dices?!) eso es letal. La has metido hasta el fondo. Y ni siquiera eso, porque solo ha sido la pata.

Y luego siempre tardo siglos en desengancharme. El estar enamorado y no ser correspondido es como una especie de droga que genera una adicción mucho mayor que esas otras cositas ilegalmente sospechas que rulan en las mugrosas entradas de pubs y discotecas de por aquí. ¡¡Deberían perseguir y detener a las personas que se dejan querer y dejarse de tonterías!! Porque lo peor es que, si en algún momento le explico cómo me siento, me dirá que es culpa mía, que estoy como una chota y/o que tengo un corazón más volátil que las bragas de alguna que otra famosa de serie B.

Hablo de esto como algo puramente tecnológico, pero que me pasa en mi día a día, también. Y se producen situaciones especialmente incómodas y vergonzosas para mí. El último caso que recuerdo es el de un ser de neurona solitaria a la par que gilipollas: me lo presentaron como un chavalito guapete y corriente, en plena efervescencia adolescente, pero bueno, una cosa controlada. Y no tuvieron el placer de presentarme a su orientación sexual. Pero a ver, conjuntaba su sudadera rosa con unos deportivos rosa, ¿vale?
¡¡LOS CONJUNTABA!!

A ver, en serio, ¿qué habrías pensado vosotros? Y siempre rodeado de mujeres... Por no decir que le encantaba guiñarme un ojo o sacarme la lengua cuando nos cruzábamos, fuera el sitio que fuese. Y llegó el día de la gran fiesta que se llevaba comentando en nuestro círculo de amistades desde hacía semanas: una fiesta de disfraces de Halloween. Y donde yo me dediqué a coquetear como si no existiese un mañana y llevase meses y meses sin contacto masculino real (... eso a lo mejor no era del todo falso...).
Coquetear... Bueno, creo que es un término un poco suave para lo que me dediqué a hacer en esa fiesta (llegué a sugerirle, PÚBLICA Y TOTALMENTE EN SERIO, que nos acostáramos en la encimera de la cocina de la casa donde se estaba celebrando la super party: la de su mejor amiga). Y él, pues nada, se dedicó a seguir jugando conmigo a lo largo de la noche, a hacerme comentarios ligeramente subidos de tono y a no rechazar mi contacto, sin conseguir que yo me diese cuenta de que no le interesaba para nada lo que le estaba proponiendo. No fui consciente de esto hasta la mañana siguiente. Me gustaría decir que hubo alcohol en esa fiesta pero no fue así, lo que lo convierte en algo todavía más horrible, ¿verdad?

Sólo espero que al menos vosotros sí podáis sacarle algún provecho a mis desesperados intentos de ligoteo, cibernéticos o no. Por lo de ahora, os invito a seguirme en twitter: ¡prometo enamorarme de vosotros y no dejar de acosaros! ;)

"¿Qué hemos aprendido hoy, niños?" "¡Que a Pájaro nunca hay que darle de beber Coca Cola Light!"

2 comentarios to Me siento Pantoja: "Hoy quiero confesar...":

Damian dijo...

hay gente q es asi, que no se cierra al contacto de su mismo género, pero que no le va o por lo menos no quiere una intimidad mas alla de los cariñitos y abrazos. no se porque seran asi

Pájaro del norte dijo...

¡Buenas noches, Damian!

Pues yo tampoco lo entiendo. De hecho, entre mis amistades le conocemos como el Sr. Bipolar hahahah xD

¡Un pajarraco saludo! :)

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