He vuelto, y esta vez, nada podrá detenerme

jueves, 9 de agosto de 2012
¿Sabéis? Creo que sí, creo que sabéis que me he pegado unas pedazo vacaciones de muerte. Las semanas de mayo y agosto han sido la mayor de las pruebas de fuego a las que me he sometido nunca, y una vez superadas, necesitaba respirar, despreocuparme... y alejarme un poquito de internet, de las comunicaciones online y todo eso... ¡Pero ahora he regresado! Sí, justo cuando mucho bloggeros deciden marcharse, pero oye, así les tomo el relevo y no os aburrís ;).

Lo cierto es que no hay nada demasiado especial que destacar sobre lo que ha sucedido durante estos meses. Como te puedes imaginar, me dedico he dedicado a tomar el sol, dormir y darme la vuelta cuando empezaba a quemarme. 
Sin embargo, sí que se presenta un septiembre muy, muy favorable para que empiecen a suceder cosas, a una velocidad de vértigo, en mi vida. ¡¡Me independizo!! Así es, al menos de una forma provisional... Que nunca se sabe que puede pasar, tal y como van las cosas.

¡Pero ya está decidido! He elegido un bonito piso cerca del centro, espacioso, semi/luminoso, con una pared de cada color, la nevera en el patio y con todo lo que uno puede necesitar cerca: supermercados, farmacia, 24 horas, vendedores de substancias un tanto ilícitas... Bueno, eso último no, pero tampoco os voy a engañar, por ese precio, algo malo tenía que tener: en mi barrio es más fácil conseguir 100 gramos de cocaína que medio kilo de merluza. De todas formas, si evitas salir solo a ciertas horas nocturnas, nunca llega a pasarte nada. ¡Para que luego digáis que no soy un hombre valiente!

...Vale, es cierto, tampoco vivo solo, pero las compañeras de piso que tengo son dos soles, grandes y calientes... Espera, no, ni tienen un tamaño desmesurado ni son especialmente tórridas... ¡Pero sí que son increíblemente amables y muy, muy especiales! Una de ellas es una gran amante de la literatura con la que espero compartir copas y copas de vino de brick en el sofá, así en rollo pedante haciéndonos los intelectuales; y la otra es cantante en un grupo de metal super-cañero, pero increíblemente femenina. 
Y luego ya estoy yo, un pequeño pimpollo con un sueño en cada pluma. 
A mí sí que me parece bastante interesante, ¿no? 
Pero no os preocupéis, seguiré transmitiendo para ver hasta qué punto mis expectativas pueden hacerse realidad.

Por otra parte, sí, sigo soltero y entero. Pero mira, he estado reflexionando, y me he dado cuenta de que Confucio, Platón o quien narices fuese que dijo lo siguiente, tenía más razón que un santo: "mejor solo que mal acompañado".

¿Por qué callas tanto ahora?

lunes, 9 de abril de 2012
Será por vanidad, por orgullo.
Quien se oculta siempre tiene más prestigio que quien se muestra abiertamente. Será por esas bobadas orientales que se llevaron hace tiempo, aquella cosa china o taoísta de que quien sabe calla, o de que la palabra que se dice es de plata, y la que no se dice es de oro.
Toda aquella basura que le gustaba a mi ex, en sus períodos orientales, que también los tuvo.

Yo me hago el propósito de callar para hacerme misterioso pero no lo consigo nunca. Siempre acabo diciendo lo que pienso justo en el momento en que se me ocurre, así que estoy en desventaja, no tengo remedio.
Tú, en cambio, como no dices nada, parece que llevas dentro de ti todo el misterio del mundo.

Tres son multitud: ligoteando con el más allá.

martes, 3 de abril de 2012
¿Sabéis? La gente tiene formas muy distintas de vivir la vida. Ya no me refiero a cómo afrontar los problemas o qué hacer si las cosas no van como tú habrías deseado. Hablo de vivir y entender unos sucesos (en los que tú estabas implicado) de una forma substancialmente distinta a la realidad. Me explicaré.

Días previos a mi viaje a Alemania (de ahí mi desaparición estos días), tuve el placer de tomarme un café con diversas compañeras para un intercambio de información acerca de vidas ajenas. Cotillear, vamos.Y entre risas y comentarios morbosos, sale a la luz un "personaje" de mi vida pasada: Zumbidos.
Veréis, tengo que decir que yo estaba en una etapa de pura efervescencia cuando conocí a este individuo. No, no intento justificarme ni nada de eso, no... Bueno, en realidad sí.
Pero al tema, que me lío: Zumbidos me fue presentado por una allegada mía en una noche de sábado habitual, con un par de copas de por medio. La verdad es que no me llamó demasiado la atención. Parecía demasiado tímido y poco extrovertido, lo que le sacaba todo posible encanto de machomen. Seguimos festejando alegremente el resto de la noche y al día siguiente me encuentro con una petición de amistad suya en el feirsbuk, con ese típico y neutro mensaje de: "Olaaaaa =)". "Qué trujada", pensarás, pero le agregué y fingimos tener una conversación donde yo hablaba y él aporreaba el teclado devorando vocales a una velocidad que no habría podido imaginar jamás.

Entre chorradas y faltas de ortografía, terminó por confesar que estaba pillado por mi amiga Haru. ¡BOMBAZO! Porque Haru estaba emparejada en ese momento y ya había compartido conmigo, además de su copa de vodka, que ese chico le resultaba un poco raro... en el peor de los sentidos. ¡De aquí podría salir algo grande! Y me tiré el resto de la semana deseando que llegase ya el sábado-noche para reencontrarnos y ver qué sucedía. ... Pero no sucedía nada. Todo el mundo hablaba y se divertía con normalidad, salvo yo que, intentando desasirme de la aburrida conversación que tenía con Zumbidos, me levanté para ir al baño. Tras hacer lo que nadie podía hacer por mí, me encuentro con este personaje en la puerta del baño con una cara entre estreñimiento y CHONImiento ocasional. Luego descubriría que era lo que él entendía por una "cara sexy". ¡Que baje Dios y lo vea! Pero que no vea como el chavalito empezó a meterme mano y yo me dejé, que nos pega una colleja a cada uno con la biblia por desviados y sodomitas.

Y así fue como al día siguiente me levanto con un fuerte dolor de cabeza, y empezando a recordar todo lo que sucedió en el baño, comencé la mañana con una agradable sonrisa para acabar en la mejor réplica de carne y hueso que jamás se haya visto de El grito. Agarré el teléfono y llamé a toda velocidad a Haru para contarle lo sucedido. Tras reírse en mi cara, telefónicamente hablando, me dice que me he liado con un zumbao'. Un zumbao', que además de haberla estado acosando toda la noche (y al que ella acabó rechazando de muy malas formas), tras lo sucedido en el baño, le confesó que veía espíritus y tenía contacto con ellos para ayudarles a cruzar *inserte voz mística aquí* al otro lado. Según me aseguró, Zumbidos se le acercó y le dijo en susurros: Haru, tengo un visitante... Y ella, que siempre ha sido de pensamientos exhaustivamente profundos, creyó que se refería a una erección y dirigió su mirada a un punto equivocado de la anatomía de este tan fabuloso "médium", justo antes de que él empezará a explicar a qué se refería exactamente. Por supuesto, no volvimos a verle.

Y ahora, más de dos años después, descubro que además de estar saliendo con una estudiante de matemáticas, estuvo comentando entre sus círculos y a una de las compañeras que he citado anteriormente, que Haru le había insistido para que hiciésemos un TRÍO pero que él se había negado, a pesar de que yo presuntamente le había dicho que me apetecía mucho,  porque no quería interponerse en nuestra amistad y acabar con ella.

¡¿HOLA?!

Al menos Haru se lo toma con humor. Tras contárselo me mandó el siguiente SMS: "Oye, Pájaro, ¿nos hacemos un cuarteto? Tú, yo, Zumbidos y un espíritu. Esta noche en mi casa. Trae la ouija."

Mi sorprendente mundo (2ª parte)

viernes, 9 de marzo de 2012
¿Sabéis? Yo siempre he tenido claro que la vida puede llegar a alcanzar límites de surrealismo importantes, rozando lo inaudito la mayor parte del tiempo, pero hay días en que, por cómico que consideres ese movimiento artístico/literario, vuelve a impresionarte. Con este pensamiento llegamos a la segunda entrega de mi sorprendente y delirante mundo (muy pronto en su librería más cercana).

Uf, parece que es viernes y la cosa se relaja: empieza el fin de semana, la fiestuqui y la música de máquina suena por las calles que, por cierto, se llenan de ociosos adolescentes y mujeres ya entradas en años que salen a andar. Y, entre toda esta gente, estoy yo, Pájaro, que tengo a bien aprovechar el buen tiempo para que me de un poquito el sol y, de paso, cortarme el pelo. Por eso, decido encaminarme con suficiente tiempo hacia la peluquería hasta que llego al rellano y, ¡¿qué ven mis ojos?! ¡¿Es ese el vecino del tercero metiéndole mano (de una forma totalmente literal) a su mujer?! 
"¿Perdón?" es lo único que se me ocurre decir antes de seguir corriendo escaleras abajo. Pero mi huida no sirve para tanto como creía, ya que cuando llego al siguiente descansillo me encuentro a un hombre vestido con una ropa mugrosa y harapienta, con una barba canosa enorme y fuertemente sujeto a un brick de vino del super que hay a menos de 200 metros (no es que sea un clasista o un insensible, pero entendedme, no esperaba encontrarme a alguien así en las escaleras de mi edificio). Intento pasar a su lado sin interferir en sus actividades poco sanas relacionadas con el alcohol, cuando decide cambiarme por el brick y agarrarse fuertemente a mi pierna mientras comienza a gritarme cosas en un idioma que no consigo comprender. Yo, que siempre me he caracterizado por mi valor y templanza, empiezo a gritar auxilio e intentar desasirme de las férreas manos del individuo. Por suerte, la siempre al acecho vecina del primero, sale de su casa, escoba en mano, y al grito de "¡¡Eeeeeh!!" consigue que el hombre me suelte y decida poner pies en Polvorosa.

Minutos después, más relajado, le doy las gracias y, tras una agradable conversación acerca de los peligros que hoy acechan a los jóvenes en las calles, continúo, como si nada hubiera pasado, mi camino hacia la peluquería. Cual es mi infortunio al llegar que resulta que los viernes abren una hora más tarde de lo que yo tenía previsto, así que tendría que esperar unos 32 minutos, aproximadamente. No tuve demasiado tiempo a aburrirme: 3 minutos después escucho como se cierra la puerta del edificio y unos pasos suben lentamente, dándome oportunidad a sumirme en las fantasías de que un viejo conocido, mugroso y harapiento, vuelve para terminar lo que había comenzado sin señoras armadas que pudiesen defenderme esta vez. 
Pero, ¡¡nada más lejos de la realidad!! Veo aparecer a un jovencito, de unos 27 años, pelo oscuro, 1,90 y ojos marrones, ataviado con un increíblemente erótico chaleco reflectante, que me da las buenas tardes y me comenta, con una brillante sonrisa, que si espero por la apertura de la peluquería todavía falta media hora. Le digo que lo sé y le doy las gracias igualmente, devolviéndole la sonrisa. Estuve a punto de intentar meterle ficha, pero tal y como iba la tarde preferí no hacerlo, no me vaya a encontrar con algún tipo de psicópata-asesino al que le divierte torturar a sus víctimas degollando ositos de peluche en su presencia (Me arrepiento de no haberlo hecho.).

Saltándonos la poco interesante parte en la que me corto el pelo e intercambio mensajes triviales con mi peluquera acerca del tiempo, de vuelta a mi dulce hogar, me cruzo con el protagonista de la primera entrada de la saga Mi sorprendente mundo, al que llamaremos Gorra, y comenzamos a charlar, poniéndonos un poco al día sobre las últimas semanas, cuando ¿quién aparece por ahí? Oh, sí, pajaritos míos, el chulo playero con el que, por si fuera poco, en las últimas semanas venía teniendo más que algún que otro encontronazo. ¡Esto prometía!
Y yo, que además de por mi valor, sabéis que destaco por mi falta de rencor y mala leche, me lanzo a plantarle un beso a Gorra... ¿QUÉ DIGO UN BESO? Creo que pude hasta darle un masaje tailandés a su páncreas con la lengua. Y mi amigo playero se quedó durante un par de segundos paralizado en medio de la calle. De piedra, vamos. Y este pajarillo que os escribe movió la cola orgullosamente y se despidió de Gorra, con la promesa de una llamada pronto, para seguir su camino, chocándome a propósito con el chulo playero (de acuerdo, tal vez no fue a propósito... Yo también me pongo nervioso, ¿vale?).

¡Y solo son las 7 de la tarde! Este fin de semana se presenta movidito, ¿no os parece? ;)

Cásate conmigo, Chica (1ª parte)

miércoles, 7 de marzo de 2012
¿Sabéis? Yo creía que era de enamorarme rápido y todo eso que ya os he contado... Olvidadlo, me equivocaba. Hoy he descubierto a una pareja que lo hace todavía a más velocidad. Me explicaré:

Chico conoce Chica. Chico habla durante horas y horas con Chica. Chico conquista sexualmente a Chica. Chico inicia una relación con Chica. Chico y Chica se aman profundamente. Chico quiere compartir su vida para siempre con Chica. Chica nunca se ha sentido tan amada. Chico propone matrimonio a Chica que, emocionada, acepta. Chica elabora diversas invitaciones y las muestra a Amigas y No Tan Amigas para que opinen cuál les parece mejor. Pájaro ve esas invitaciones. Chico compra anillo. Pájaro ve ese anillo. Y Chico y Chica deciden la iglesia en la que quieren unirse.

Parece muy bonito, ¿verdad? Vale, ahora pensad que todo eso se ha producido en dos semanas. ... Sí, no os preocupéis, todos nos sentimos igual al principio. Os dejo un par de minutos para que lo interioricéis adecuadamente o, al menos, consigáis salir del estado catatónico en el que probablemente os encontréis. A no ser, claro, que consideres completamente normal y habitual que dos completos desconocidos contraigan matrimonio.

A ver, considero importante que sepáis, si no os lo habéis imaginado ya, que soy el primero en apoyar el amor a primera vista, ese feeling (como lo llaman los modernos) que surge entre dos personas al mirarse a los ojos por vez primera... aunque no necesariamente tienen por qué mirarse a la cara. Vosotros ya me entendéis ;). Tampoco busco controlar la vida de nadie, que, oiga, cada uno es muy libre y mayorcito, tanto Chico como Chica, para hacer lo que quiera con su vida; ahora, eso no me limita la posibilidad de opinar al respecto. 
¡Y me parece una completa locura! Porque, vamos a ver, si tú me dices que eres un/a hombre/mujer de 50 años que nunca ha estado enamorad@, a la que se le ha muerto su cónyuge o, por avatares del destino, estás solit@ y no quieres pasar el resto de tu vida así, y por eso decides agarrarte a la primera persona que pasa, por desesperación, pues bueno, no me parece lo más sano, pero puedo entenderlo. Pero estamos hablando de dos individuos que apenas sobrepasan los 20 años, que apenas han vivido nada, que les queda muchísimo por delante, y puede pasar de todo. Chico eres joven, apuesto, sexy y no llevas aparato... ¡El mundo es tuyo!

Por no hablar del hecho de que se han conocido hace dos semanas. Que cada uno diga lo que quiera, pero yo desde aquí grito al universo que nadie conoce a otro alguien en dos semanas lo suficiente como para querer pasar el resto de su larga vida con él/ella (salvo, por supuesto, que hablemos de un sujeto de neurona solitaria... En realidad creo que hablaríamos de dos sujetos de neurona solitaria). Pero no os vayáis a pensar que yo, persona honesta y sincera ante todo, esto me lo guardo para el blog: he expuesto mi postura públicamente, por supuesto (sobre todo después de ver el anillo y la iglesia; ¡por dios, qué atentado contra el buen gusto! Debía detenerlo como fuera). Sólo he recibido como respuesta que soy un insensible, que contra el amor no se puede luchar, que lo que sienten es totalmente sincero y que, si digo cosas como esa, es porque nunca he estado verdaderamente enamorado. Pos' vale.

De momento ya he ido eligiendo la ropa para la tan emotiva ceremonia: es color pastel, que he oído que es lo que se lleva este año. Que oye, será en completo desacuerdo, pero jamás rechazo comida gratis y la posibilidad de hacerme con el ramo de novia ;) .
¡Seguiré informando, Pajaritos míos!

Me siento Pantoja: "Hoy quiero confesar..."

lunes, 5 de marzo de 2012
¿Sabéis? Jamás os fijéis en nadie a través de la web. Es lo peor. Sólo consigues sentirte muy frustrado por no poder hablar con él/ella mientras esa otra persona ni siquiera se da cuenta de que existes. Oh, bueno, en el peor de los casos, primero te presta atención, intercambiáis un par de mensajes privados, y acaba por pasar de tu culo, sin ni siquiera molestarse en darte una respuesta a lo que tú sigues escribiéndole, no os vayáis a pensar que puedes acabar con algo de dignidad. ¡Qué gente sin corazón, por dios!

Estoy tan requemao' con esto porque recientemente, aunque creía que venía de vuelta, ha vuelto a sucederme. Todo empezó cuando vi su vídeo: ¿Por qué tenía que resultarme tan atractivo su sentido del humor? Por no hablar de su físico, que se ajusta con completa precisión a mi pensamiento de hombre tierno y abrazable. Además, ahora que la revolución tecnológica ha llegado a este blog (ved que he añadido un montón de cosas ahí ->, en el lateral ;) ; ¡Todo para que tengamos más contacto!), puedo contactar con él con mucha más facilidad, a un solo click. ¡Qué maravilla! ... O no tanto. Porque sí, he hablado con él y he descubierto que me parece más gracioso y divertido que antes... pero también que goza de restregarse cibernéticamante contra todo hombre que esté a menos de dos clicks a la redonda. "¡Qué desagrable!", pensarás, y que cómo me pude interesar por alguien así, pero, pajarit@ mí@, el interés ya está ahí y para una persona especialmente romántica o enamoradiza (que yo no lo soy pa' na', vamos, ¡¿pero qué dices?!) eso es letal. La has metido hasta el fondo. Y ni siquiera eso, porque solo ha sido la pata.

Y luego siempre tardo siglos en desengancharme. El estar enamorado y no ser correspondido es como una especie de droga que genera una adicción mucho mayor que esas otras cositas ilegalmente sospechas que rulan en las mugrosas entradas de pubs y discotecas de por aquí. ¡¡Deberían perseguir y detener a las personas que se dejan querer y dejarse de tonterías!! Porque lo peor es que, si en algún momento le explico cómo me siento, me dirá que es culpa mía, que estoy como una chota y/o que tengo un corazón más volátil que las bragas de alguna que otra famosa de serie B.

Hablo de esto como algo puramente tecnológico, pero que me pasa en mi día a día, también. Y se producen situaciones especialmente incómodas y vergonzosas para mí. El último caso que recuerdo es el de un ser de neurona solitaria a la par que gilipollas: me lo presentaron como un chavalito guapete y corriente, en plena efervescencia adolescente, pero bueno, una cosa controlada. Y no tuvieron el placer de presentarme a su orientación sexual. Pero a ver, conjuntaba su sudadera rosa con unos deportivos rosa, ¿vale?
¡¡LOS CONJUNTABA!!

A ver, en serio, ¿qué habrías pensado vosotros? Y siempre rodeado de mujeres... Por no decir que le encantaba guiñarme un ojo o sacarme la lengua cuando nos cruzábamos, fuera el sitio que fuese. Y llegó el día de la gran fiesta que se llevaba comentando en nuestro círculo de amistades desde hacía semanas: una fiesta de disfraces de Halloween. Y donde yo me dediqué a coquetear como si no existiese un mañana y llevase meses y meses sin contacto masculino real (... eso a lo mejor no era del todo falso...).
Coquetear... Bueno, creo que es un término un poco suave para lo que me dediqué a hacer en esa fiesta (llegué a sugerirle, PÚBLICA Y TOTALMENTE EN SERIO, que nos acostáramos en la encimera de la cocina de la casa donde se estaba celebrando la super party: la de su mejor amiga). Y él, pues nada, se dedicó a seguir jugando conmigo a lo largo de la noche, a hacerme comentarios ligeramente subidos de tono y a no rechazar mi contacto, sin conseguir que yo me diese cuenta de que no le interesaba para nada lo que le estaba proponiendo. No fui consciente de esto hasta la mañana siguiente. Me gustaría decir que hubo alcohol en esa fiesta pero no fue así, lo que lo convierte en algo todavía más horrible, ¿verdad?

Sólo espero que al menos vosotros sí podáis sacarle algún provecho a mis desesperados intentos de ligoteo, cibernéticos o no. Por lo de ahora, os invito a seguirme en twitter: ¡prometo enamorarme de vosotros y no dejar de acosaros! ;)

"¿Qué hemos aprendido hoy, niños?" "¡Que a Pájaro nunca hay que darle de beber Coca Cola Light!"

Querido yo futuro:

viernes, 2 de marzo de 2012
¿Qué tal? ¿Todo bien? ¿La familia bien? Bueno, me alivia saberlo, la verdad.... Aunque últimamente no le he estado prestando mucha atención, ¿sabes? He buscado involucrarme en tantos proyectos para no tener que estar solo, para no acabar reflexionando acerca de cómo me siento ahora y de lo qué quiero, que apenas paso tiempo en casa. Creo que empiezo a echar de menos las amigables, divertidas e intensas discusiones familiares... ¿hemos vuelto a tener alguna? Bueno, mejor no me contestes; prefiero que me pille por sorpresa.

¿Seguimos solos, mi yo del futuro? No puedo evitar preguntártelo, pero es algo que tampoco quiero que me contestes. Si lo seguimos, prefiero vivir en la ignorancia de pensar que al doblar cualquier esquina me chocaré accidentalmente con el hombre de mi vida, derramaré su café sobre mi trabajo acerca de la importancia de las lenguas vernáculas en el desarrollo cultural humano y terminaré por pedirle su número de teléfono, una cita y, finalmente, que se case conmigo. Suena muy gracioso ahora, ¿sabes? Pero ambos sabemos que no soy tan valiente... ¿o he conseguido aprender a enfrentar a la vida con ese arrojo?

¿Estamos trabajando de lo que queremos? ¿Ganamos lo suficiente para, al menos, subsistir? ¿Y qué es de nuestras amistades? ¿Conservamos todavía a quiénes siempre consideramos importantes y eternos? Si no es así, me juego el cuello a que es culpa nuestra... ¿O no? 
Estaría bien que me dieras un par de trucos para no pifiarla... Aunque si lo hicieses tal vez desaparecerías, porque cambiarías el curso de la historia y dejarías de ser el mismo que está leyendo esta vieja carta ahora mismo.

¿Hasta qué punto ha avanzado la tecnología? ¿Vivimos ya en casas flotantes? ¿Hemos pisado Marte? ...
¿En qué año estás? Ni siquiera lo sé. Tal vez te esté haciendo preguntas que todavía no puedas contestar.

¿Todavía me tiño el pelo? ¿Y me hago el mismo tupé? ¡Oh! No me digas que me cambiaré el peinado por un corte más bien estrafalario y que cuando vea fotos pasadas me avergonzaré... Siempre nos ha pasado igual, ¿te acuerdas? hahahaha

¿Hemos recordado siempre esta carta? Porque te imagino, yo futuro, escribiendo una respuesta. Te imagino también igual de reflexivo que ahora mismo, quizá con la capacidad de afrontar las dificultades de una forma mucho más juiciosa (dime que sí, por favor) y menos visceral. Aunque espero que eso no signifique que hayamos dejado de ser tan pasionales y de vivir tan intensamente como hasta ahora... No me gusta pensar en un futuro como ese.

Te mando un abrazo muy fuerte, yo futuro, y te recuerdo que, como nos dijeron una vez, la suerte es una actitud, no vaya a ser que con el paso de los años se te haya ido olvidando.

Te aprecia y te desea lo mejor,

Pájaro del Norte 2012.